grupo mujeres

El Programa Productoras de Bosques Nativos comienza a dar sus primeros pasos

Mujeres de cuatro organizaciones del norte del país vinculadas al ENCONA van a ser protagonistas, junto a otras mujeres, del Programa Productoras de Bosques Nativos que se está implementando en varias provincias.

FUNDAPAZ realizará el asesoramiento técnico para que los grupos de mujeres vayan formulando colectivamente el proyecto de trabajo que quieren desarrollar. Así, las mujeres de la Asociación Civil de Pequeños Productores Caprinos del Noroeste de Copo (ACPProNOC), y de Reservas Campesinas de Ojo de Agua, en Santiago del Estero; del grupo guaraní Kuña Iporá de las Yungas, en Jujuy; y de la Asociación Civil UOCB en la Cuña Boscosa Santafesina, están comenzando a participar en los primeros talleres compartiendo vivencias y necesidades para armar la trama de este programa.

Se trata de una iniciativa que se financia a través del componente Proyecto Pago por Resultados REDD+ Argentina para el período 2014-2016, que fue otorgado al país por el Fondo Verde del Clima y que se ejecuta junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la actual Subsecretaría de Ambiente del Ministerio del Interior. Dispone financiamiento para 40 proyectos a lo largo de todo el país y apoya a los grupos para que formulen su idea proyecto con el acompañamiento técnico.

“Este programa es el resultado de la experiencia adquirida por la Dirección de Bosques de la Nación a partir de trabajos previos de acompañamiento a comunidades forestales del norte argentino. Con ese trabajo se detectó la necesidad de elaborar en una línea específica que contribuyera a la reducción de las brechas de género en las comunidades rurales que habitan los bosques nativos, con el objetivo también de mejorar las condiciones de sostenibilidad ambiental reconociendo el rol de las mujeres en la vida cotidiana y en la gestión de los recursos naturales”, explicó María Magdalena Abt Giubergia, responsable del Programa.

“Esperamos lograr una mayor comprensión de cómo se dan estas relaciones de género al interior de cada región forestal del país -agregó- y poder incorporar la perspectiva de las mujeres en torno a la gestión de los bosques, contando con un bagaje metodológico y práctico para cada territorio y cada cultura forestal. Entendemos que no podemos hablar de una perspectiva de género, sino que existen tantas perspectivas de género como ambientes y culturas asociadas a los ambientes forestales hay en el país. Esperamos que el proyecto nos deje en cada experiencia que se va a llevar adelante, conocimiento de las realidades para poder proponer diseños de políticas públicas sobre los bosques, que contribuyan con los compromisos de igualdad de género que están asumidos en las estrategias de acción sobre el cambio climático que lleva adelante el país.”

Mujeres Jujuy

Antes de las primeras reuniones, algunas de las mujeres de las organizaciones que participan van expresando lo que sienten: “Estamos muy contentas que este programa esté dando sus primeros pasos, teníamos mucha incertidumbre sobre si iba a comenzar. Nuestra idea del proyecto está centrada en la producción que sabemos hacer toda la vida, la producción caprina. Nos estuvimos reuniendo para charlar e intercambiar ideas, pero como el territorio que abarca nuestra organización es bastante amplio y una mujer está muy distante una de la otra, nos fue complicado reunirnos presencialmente y de manera virtual es casi imposible porque no tenemos conectividad. A pesar de eso, nos fuimos fortaleciendo porque hicimos visitas rotativas entre las compañeras, para ver cómo iba la producción porcina y caprina de cada una, o las granjas. Ahora necesitamos plasmar las debilidades que tenemos para hacer crecer nuestros proyectos. Si bien últimamente las condiciones climáticas no nos están ayudando porque cuando llueve en el monte profundo los caminos son intransitables y cuesta mucho llegar a los lugares de reunión, estamos con muchas expectativas ante nuestro primer taller”, contó Alicia López, de ACPProNOC.

En Santa Fe, en la zona de la Cuña Boscosa, un grupo de 28 mujeres pensaron la idea convocante del su proyecto al que llamaron “Las mujeres recreando nuestra casa común”. Las principales iniciativas que les gustaría comenzar a trabajar están relacionadas con un mejor aprovechamiento de los recursos del bosque nativo, con agregar valor a la producción de carne, y fortalecer el liderazgo, la comunicación y el acceso a la conectividad de las mujeres, entre otras cuestiones.

Ángela Isabel Escobedo, del paraje Fortín Charrúa, comentaba: “soy una pequeña productora y lo que espero de este proyecto es poder cosechar y almacenar más agua de lluvia para poder mejorar nuestra huerta y la producción de carne. También queremos motivar a que se sumen más mujeres a nuestra organización”.

Así, las mujeres que viven en los montes y bosques comienzan a recorrer un camino en el que se animan a diseñar un nuevo horizonte para sus vidas.

Pilcomayo reunion

Nueva etapa en el proceso de regularización territorial en Santa Victoria Este

Representantes de la Organizaciones de Familias Criollas (OFC), Vecinos Unidos, Raíces del Chaco, 20 de Septiembre; de comunidades indígenas agrupadas en Lhaka Honhat (LH); miembros de ASOCIANA y FUNDAPAZ, quienes con el apoyo de las agencias Misereor Pan Para el Mundo, venimos desde hace más de 20 años participando en el proceso de regularización territorial de las dos poblaciones  en los ex lotes fiscales 55 y 14 en Santa Victoria Este, Salta, nos reunimos recientemente para revalorizar y evaluar el camino recorrido, reconocer los desafíos y acordar un nuevo plan de trabajo para los próximos años.

En el marco de este proceso, denominado localmente Programa Pilcomayo, luego de muchos años de gestiones ante el gobierno provincial y nacional, realización de mapeos participativos, diálogos y acuerdos entre los principales actores para tratar de resolver este caso que abarca 643.000 hectáreas y presenta a dos poblaciones viviendo en un mismo territorio, LH presentó en 1998, con patrocinio del CELS, su reclamo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA.

En 2020 la Corte IDH falló a favor de las comunidades, dispuso que se le entregara un título único de propiedad comunitaria de 400.000 has y, a la vez, obliga al Estado argentino a garantizar en un plazo de 6 años el derecho a la identidad cultural, a un ambiente sano, a la alimentación y al agua. En este contexto también se reconoce el derecho a propiedad de la tierra de 243.000 hectáreas para las familias criollas. Muchas de ellas se tendrán que relocalizar fuera del territorio indígena.

Actualmente, el territorio está medido y delimitado en un 90 por ciento. Hay entre 15 y 20 familias criollas que se relocalizaron por sus propios medios. Falta aún acompañamiento y recursos de parte del Estado, para terminar de completar el proceso en los tiempos previstos por la Corte.

“Es necesario ver cómo se proyecta la vida en el territorio. Hay que diagramar un modelo productivo para las familias y ver qué impacto tiene en las personas. Hoy hay gente que ya está reubicada, otras que no y otras a las que le falta interiorizarse bien con todo el proceso”, señaló Ivan Palomo de la organización Vecinos Unidos, y destacó que para mudarse se necesita agua y obras de infraestructura.

Por su parte Cristina Pérez, coordinadora de LH destacó que “es necesario mantener la memoria. Si queremos tener algo es importante empezar por la memoria. Las dos partes entendimos que para solucionar esto teníamos que llegar a un acuerdo. Hoy estamos en una nueva etapa de esta lucha, tenemos que ver cómo nos organizamos, qué tipo de gobernanza queremos para el territorio y también ver qué piensan los jóvenes”.

La necesidad de seguir trabajando juntos garantizando la paz social fue uno de los principales acuerdos confirmados. “Al analizar la línea de tiempo de este proceso histórico se vio cómo al principio se desconfiaban unos de otros, se tenían miedo. Luego se fueron conociendo más, profundizaron el diálogo y finalmente decidieron trabajar juntos en este reclamo. En esta reunión se está acordando cómo continuar el camino en una nueva etapa”, comentaba Silvia Reynoso de FUNDAPAZ.

José Cantero de ASOCIANA agregó: “Con la denuncia ante la CIDH y el proceso de trabajo se consiguieron cosas importantes, pero falta muchísimo. Por otro lado, la pandemia nos dejó una huella muy profunda porque se fueron dirigentes muy importantes”.

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