Gregoria

Premiaron a una mujer guaraní por su compromiso con la defensa del territorio

Gregoria López, de la Comunidad Aba Guaraní Iguopeigenda de Río Blanco, Salta, recibió el Premio de la Women´s World Summit Foundation (WWSF) “A la Creatividad de las Mujeres en la Vida Rural”, en reconocimiento, por su valentía y compromiso con la defensa del territorio de su comunidad.

Durante más de 20 años, Gregoria y un grupo de mujeres defendieron pacíficamente el territorio donde viven ancestralmente, frente a los intentos de desalojo del ex Ingenio San Martín del Tabacal. Esa experiencia fortaleció la organización de su comunidad, que en la actualidad sigue trabajando en prácticas de desarrollo sustentables y en el cuidado de los recursos naturales.

Allí, la mayoría de las familias viven de la producción de banana. Además, algunas producen hortalizas y tienen chacras; otras, dan valor agregado a las producciones con la elaboración de conservas de salsas, escabeches, dulces y garrapiñadas.

“Nosotros siempre buscamos la justicia pero tratamos de no ir a la violencia porque ese camino trae muchas consecuencias. Fue dura la violencia que sufrimos, pero ante eso siempre nos pusimos en manos de la voluntad de Dios, y la justicia llegó. Gracias a Dios tenemos nuestro territorio donde podemos seguir trabajando como lo venimos haciendo de acuerdo a las enseñanzas que nos dejaron nuestros padres. Estas enseñanzas también las estamos transmitiendo a nuestros hijos y a nuestros nietos para que ellos sigan el camino”, dijo Gregoria al recibir la distinción en Orán.

El premio de WWSF fue creado en 1994 y reconoce la actuación de mujeres líderes en el mundo que mejoran la calidad de vida en las comunidades rurales, y busca dar visibilidad al aporte que realizan para consolidar la paz, la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible.  Hasta el momento, se otorgaron 492 premios en más de 140 países.

La postulación de Gregoria, quien fue premiada junto a otras cinco mujeres de Asia y África, fue acompañada por el Equipo Nacional de Pastoral Aborígen ( ENDEPA), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Salta, el Church World Service (CWS LAC) y FUNDAPAZ, en reconocimiento a su ejemplo de vida.

escuela Bananal

Mejoras productivas en la comunidad guaraní APG El Bananal

Héctor y José Giménez son dos jóvenes de la comunidad Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) El Bananal de Yuto, Jujuy. Trabajan una hectárea de tierra donde producen palta y mangos. Desde hace más de tres años, con el asesoramiento técnico de FUNDAPAZ, lograron mejorar varias cuestiones productivas de su emprendimiento como el cerramiento perimetral del predio, la instalación de un sistema de riego por goteo, y la diversificación de la producción.

Poco a poco comenzaron a encarar nuevos desafíos y empezaron a producir plantines injertados de dos semillas de tomates, destinados no sólo para la huerta de la comunidad sino también para la venta. Las mujeres se fueron sumando al trabajo, y hoy la calidad de sus productos hizo que aumentaran los pedidos, dando lugar a una fuente más de ingreso para las familias.

En el proceso de trabajo, los gestos solidarios también tienen un lugar en la comunidad. Uno de ellos, los vinculó con la escuela de la zona. “Nosotros donamos unas bandejas con plantitas de tomates y otras verduras para la huerta de la Escuela N° 142 de El Bananal; cuando los chicos las vieron comenzaron a preguntarse cómo se hacía eso, entonces los maestros nos consultaron si los alumnos podían visitar el invernadero. Nosotros no tuvimos problema, y ahí vinieron los chicos y chicas de 5° y 7° grado de la escuela. Dimos una charla explicándoles cómo se hacían los injertos y cómo se obtenían las plantitas. También les mostramos el invernadero”, cuenta José.

Escuela El Bananal2

Al dar detalles de la producción explica: “Los primeros años arrancamos con 5000 plantines de tomates injertados para comercializar, hoy en día con la incorporación de un nuevo invernadero, realizamos 30.000 injertos por tanda. Hasta el momento hicimos tres tandas, unos 90.000 plantines de injerto de tomate. La demanda es muy grande, tenemos pedidos de productores de Colonia y Pichanal en Salta, y de Fraile Pintado, acá en Jujuy; pero no logramos cubrirla totalmente por falta de espacio físico. No tenemos lugar para hacer más invernaderos. Si tuviéramos más espacio podríamos aumentar el trabajo, especialmente para las mujeres que trabajan acá.”

En la hectárea de tierra que manejan producen un 60% de paltas y un 40% de mango. “Tenemos diferentes variedades de paltas para alargar el ciclo de producción. La planta de palta rinde 40 kilos por planta más o menos, y el mango 50 kilos por planta. Los primeros años vendíamos toda la producción, que era poca, a la orilla de la Ruta Nacional N° 34. En estos momentos tenemos una producción grande, y logramos vender el 90% en Buenos Aires”, describe satisfecho.