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Intercambio de prácticas sostenibles en el Chaco boliviano

Buscando compartir experiencias de apicultura, acceso al agua y desarrollo sostenible, realizamos un intercambio de buenas prácticas junto a la organización CERDET en la localidad de Villamontes, Bolivia. La actividad reunió a comunidades guaraní y weenhayek del territorio boliviano y a jóvenes wichí que participan de la Escuela de Apicultura que desde FUNDAPAZ llevamos adelante en la localidad de Los Blancos, Salta.

El objetivo del encuentro fue promover el intercambio de saberes y herramientas vinculadas a la apicultura, fortaleciendo las capacidades técnicas de los participantes y poniendo en valor los conocimientos tradicionales que sostienen esta actividad en el Gran Chaco. A través del diálogo y el trabajo conjunto, se generó un espacio de aprendizaje mutuo entre las comunidades de ambos países, con realidades diversas pero desafíos compartidos.

El intercambio se realizó en el marco del proyecto Chaco Sustentable, una iniciativa que desarrollamos FUNDAPAZ y CERDET con el apoyo de KIA, orientada a promover prácticas productivas sostenibles, el cuidado del ambiente y el fortalecimiento de las comunidades locales. Durante la visita, los jóvenes de la Escuela de Apicultura de Los Blancos pudieron conocer experiencias concretas de producción apícola, organización comunitaria y agregado de valor.

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“Estamos muy contentos de haber vivido esta visita, donde conocimos el compromiso de CERDET con las comunidades y el empeño comprometido de los grupos y familias weenhayek y guaraní del Chaco Boliviano”, señaló Silvia Reynoso, responsable del Área de Mujeres, Juventudes e Indígenas de nuestra Fundación, quien estuvo presente en el encuentro. “También nos dimos un espacio para compartir, como equipo técnico, nuestras prácticas y líneas de trabajo”.

Durante la jornada, visitamos el lugar de trabajo de la Asociación de Mujeres Productoras de Láminas de Cera “Kuñareta Iparavikise”, donde sus integrantes compartieron su experiencia organizativa y mostraron el proceso de elaboración de láminas de cera de abeja. Este espacio permitió reflexionar sobre el rol de las mujeres en las economías locales y en el fortalecimiento de iniciativas productivas comunitarias.

Además de las prácticas de producción apícola, el encuentro habilitó el diálogo y la reflexión sobre otras temáticas centrales para el desarrollo sostenible en el territorio, como el acceso al agua y su gestión segura, y el uso de cocinas ecológicas como alternativas que contribuyen al cuidado de la salud y del ambiente.

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Este tipo de instancias de intercambio fortalecen los vínculos entre organizaciones y comunidades, promueven el aprendizaje colectivo y reafirman la importancia de articular conocimientos técnicos y saberes ancestrales. En el Gran Chaco, compartir experiencias y construir de manera conjunta es clave para avanzar hacia formas de producción y de vida más justas, sostenibles y arraigadas en el territorio.

Gregoria

Premiaron a una mujer guaraní por su compromiso con la defensa del territorio

Gregoria López, de la Comunidad Aba Guaraní Iguopeigenda de Río Blanco, Salta, recibió el Premio de la Women´s World Summit Foundation (WWSF) “A la Creatividad de las Mujeres en la Vida Rural”, en reconocimiento, por su valentía y compromiso con la defensa del territorio de su comunidad.

Durante más de 20 años, Gregoria y un grupo de mujeres defendieron pacíficamente el territorio donde viven ancestralmente, frente a los intentos de desalojo del ex Ingenio San Martín del Tabacal. Esa experiencia fortaleció la organización de su comunidad, que en la actualidad sigue trabajando en prácticas de desarrollo sustentables y en el cuidado de los recursos naturales.

Allí, la mayoría de las familias viven de la producción de banana. Además, algunas producen hortalizas y tienen chacras; otras, dan valor agregado a las producciones con la elaboración de conservas de salsas, escabeches, dulces y garrapiñadas.

“Nosotros siempre buscamos la justicia pero tratamos de no ir a la violencia porque ese camino trae muchas consecuencias. Fue dura la violencia que sufrimos, pero ante eso siempre nos pusimos en manos de la voluntad de Dios, y la justicia llegó. Gracias a Dios tenemos nuestro territorio donde podemos seguir trabajando como lo venimos haciendo de acuerdo a las enseñanzas que nos dejaron nuestros padres. Estas enseñanzas también las estamos transmitiendo a nuestros hijos y a nuestros nietos para que ellos sigan el camino”, dijo Gregoria al recibir la distinción en Orán.

El premio de WWSF fue creado en 1994 y reconoce la actuación de mujeres líderes en el mundo que mejoran la calidad de vida en las comunidades rurales, y busca dar visibilidad al aporte que realizan para consolidar la paz, la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible.  Hasta el momento, se otorgaron 492 premios en más de 140 países.

La postulación de Gregoria, quien fue premiada junto a otras cinco mujeres de Asia y África, fue acompañada por el Equipo Nacional de Pastoral Aborígen ( ENDEPA), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Salta, el Church World Service (CWS LAC) y FUNDAPAZ, en reconocimiento a su ejemplo de vida.

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