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Se realizó un encuentro de jóvenes que participaron en intercambios de saberes en regiones semiáridas

Tuvo lugar en Santiago del Estero. Fue una oportunidad para reflexionar sobre lo vivido y pensar en un plan de trabajo conjunto.

Varios jóvenes de organizaciones campesinas e indígenas de la región del Chaco Sudamericano que vivieron experiencias de intercambios en Brasil, El Salvador, Honduras, Colombia y Guatemala, compartiendo saberes que circulan por regiones semiáridas de América Latina, volvieron a reunirse en Santiago del Estero, durante la última semana de abril, con el fin de recuperar y analizar las vivencias aprendidas, y así poder armar una agenda de trabajo que permita proyectar la vida en el territorio teniendo en cuenta los actuales desafíos. La mayoría de los jóvenes que participaron en este último encuentro forman parte de las organizaciones que integran el Encuentro de Organizaciones Indígenas y Campesinas del Norte Argentino (ENCONA).

Esas experiencias de formación, se realizaron en el marco de los programas denominados Intercambios de Saberes por los Semiáridos de Latinoamérica, DAKI Semiárido Vivo, DAKI Juventudes y Raíces Chaqueñas; iniciativas que se fueron desarrollando durante los últimos seis años atendiendo las necesidades y propuestas que llevan adelante las juventudes rurales conformadas por poblaciones indígenas, quilombolas, campesinos y campesinas.

Muchas de las vivencias, sentimientos y necesidades de estas poblaciones quedaron plasmadas en la “Carta de las Juventudes de los Semiáridos Latinoamericanos”, donde reafirman la lucha por la vida y por la tierra; por una agroecología sostenible que garantice la seguridad alimentaria y el buen vivir. También destacan en el texto la importancia que tienen las regiones semiáridas, su biodiversidad, su riqueza cultural y sus prácticas.

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Teniendo presente el camino recorrido, en la reunión de Santiago del Estero, los y las jóvenes acordaron ejes de trabajo para los próximos diez años. Algunos de ellos son: crear una red de juventudes de los Semiáridos; mantener viva la identidad y el sentido de pertenencia al territorio; respetar las diferencias culturares, políticas y de género; visibilizar las experiencias agroecológicas que llevan adelante; alentar una educación que esté en convivencia con el Semiárido, promoviendo a las Escuelas Familia Agrícolas (EFA), entre otros.

Luciana Cardozo, de la Federación de Organizaciones de la Agricultura Familiar de Santiago del Estero Tukuy Kuska, rescató la participación de los jóvenes que forman parte de la Mesa de Juventudes del ENCONA y valoró toda la información que se compartió. “Yo tuve la oportunidad de ir a dos intercambios: el primero en 2021 en Ceará, Brasil, y el otro en el noroeste y noreste de nuestro país, durante 2022-2023, donde a través del programa Daki Semiárido Vivo se visitaron experiencias de organizaciones.  En esa oportunidad vinieron también compañeros de Brasil, Paraguay y El Salvador.”

“Este encuentro me pareció muy necesario –agregó- porque recordamos experiencias que tuvimos sobre la utilización y aprovechamiento de nuestros recursos naturales y la implementación de tecnologías agroecológicas. En mi caso, cuando viajé a Brasil tuve la oportunidad de ver el uso de un biodigestor, de la cocina ecológica y el sistema de reuso de aguas grises. También visité un kiosco agroecológico y la promoción de ferias solidarias. Rescato la importancia de estas propuestas agroecológicas que mejoran el uso de nuestros recursos naturales, brindan una solución para preservar el medio ambiente y permite producir alimentos sanos y de calidad.”

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Al sumar su mirada sobre lo vivido en estos días, Gustavo Silva de la organización Cuidadores de la Casa Común de la comunidad colla guaraní de Calilegua, de Jujuy, dijo: “el encuentro en Santiago estuvo muy bueno porque cada dialogamos y uno en su territorio, va a poder seguir trabajando ideas y conocimientos. Fue un paso más. En mi zona hace falta que los jóvenes se interesen, que puedan indagar cómo es la vida en las comunidades, y que puedan hablar sobre las ideas que tienen sin tener miedo a que se las rechacen. También necesitamos capacitaciones para iniciar producciones y emprendimientos”, dijo Gustavo Silva de la organización Cuidadores de la Casa Común de la comunidad colla guaraní de Calilegua, de Jujuy, al referirse a lo vivido durante esos días.

Para Claudio Mansilla, miembro de la Junta Unida de Misiones (JUM) una organización del Chaco, “fue muy interesante poder hablar con mis compañeros y compartir las experiencias que tuvieron en los intercambios en otros países o en el nuestro. Saber de las experiencias que se llevan adelante en otras zonas semiáridas.  Nos sirvió para replicar algunos trabajos.  Me siento muy orgulloso de ser parte de esto y me encantaría seguir trabajando así. Nosotros los jóvenes tenemos otra visión, actuamos más rápido. Nos tenemos que capacitar para tener más peso y muchas más herramientas para trabajar en producción, en educación y en proyectos en los territorios. Ahora hay que caminar y seguir adelante”, destacó.

Jorge Augusto Pereda

Con mucho pesar, despedimos hace casi un mes a Jorge A. Pereda, quien el martes 11 de abril, a los 80 años de edad, murió en Buenos Aires. Él,  junto con su esposa, Silvia Stengel, y con la  donación de las Religiosas del Sagrado Corazón, dio nacimiento en 1973 a la Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz (FUNDAPAZ), en la ciudad de Vera, en el norte de Santa Fe.
Jorge perteneció muchos años al consejo de administración, contribuyendo a la evolución y fortalecimiento de la Fundación, cuya creación fue inspirada por la situación de los campesinos que habían sido hacheros y obreros de la compañía La Forestal, la cual, al cerrarse en el norte argentino, dejó sin trabajo a centenares de personas. Posteriormente, la acción de FUNDAPAZ se fue extendiendo por el Gran Chaco abarcando también a las comunidades indígenas, lo cual llevó a Jorge a ocupar también la presidencia del Instituto de Asuntos Indígenas (INAI).
Asimismo, el empuje de Jorge lo llevó a crear las Escuelas de la Familia Agrícola (EFA) y presidió APEFA, la asociación que las promueve y reúne. También dio origen e impulsó otras instituciones de promoción humana en el ámbito rural.
Siempre recordaremos su valioso aporte y su dedicación inagotable a los más humildes.