A mediados de octubre participaron en una nueva actividad de DAKI SV
En el marco del 3er Programa de Formación en Agricultura Resiliente al Clima del proyecto DAKI – Semiárido Vivo, del 16 al 20 de octubre se realizó otra edición de los “Intercambios de conocimientos en las regiones semiáridas de América Latina”. La actividad, que reunió a jóvenes del Gran Chaco Americano, del Corredor Seco Centroamericano y del Semiárido brasileño, se hizo en Brasil, en el interior de los estados de Paraíba y Pernambuco.
Alrededor de 50 participantes compartieron diversas experiencias en las que aprendieron sobre organización y prácticas agrícolas lideradas por los propios jóvenes. La formación tiene como objetivo potenciar la construcción conjunta de conocimiento, la creación de redes a partir de la identificación y la visibilización de experiencias que permiten vivir en convivencia con las regiones semiáridas. También busca promover políticas públicas que mejoren la vida en los territorios.
“En el intercambio pude ver cómo es la participación de los jóvenes en Brasil. Cómo ellos se involucran en la defensa del territorio, en la agricultura y en la producción. Visitamos la familia de un joven que tiene una cisterna de 52.000 litros. Allí tienen una plantación de mandioca y hacen apicultura. Nos contaron que el agua no se desperdicia para nada. Hacen una purificación del agua que se usó, para que se vuelva a utilizar en huertas más pequeñas donde plantaron lechuga, cilantro, entre otras cosas”, contó Noelia Quispe, de la comunidad wichí Lote 75 de Embarcación, Salta, al regreso del viaje.
“Trabajan en conjunto-agregó- en la defensa del territorio. En una visita nos explicaron que se armó un grupo de 40 jóvenes de diferentes comunidades para defender el territorio ante el Gobierno que quería sacárselo. Fue una experiencia muy buena, me vine con nuevas ideas y estoy pensando cómo puedo replicar algunas cosas en mi zona.”
Expresiones culturales, prácticas agrícolas, organizativas, intercambio de conocimientos y vivencias cotidianas fueron nutriendo la hoja de ruta de las visitas.
“De los recorridos que hicimos lo que más me gustó, es ver cómo se utiliza el gas que se obtiene de la bosta de vaca. En cuanto a la participación de los jóvenes, vi lo importante que es que se los convoque para que no se pierdan los conocimientos. Por ejemplo, mostrar cómo se hace para sembrar. Donde vivo se necesita mucho de esto.
En Brasil ponen mucho esfuerzo en todo y tienen un corazón solidario para que los jóvenes puedan involucrarse. Voy a tratar de llevar adelante proyectos teniendo en cuenta lo importante que es que todos estemos unidos”, comentó al final del intercambio, Claudio Mansilla de una comunidad Qom de la zona de Castelli, Chaco, que acompaña la Junta Unida de Misiones (JUM).
Gustavo Silva de Calilegüa, Jujuy, miembro de la comunidad Colla Guaraní Hermanos Unidos destacó la motivación que se experimenta en el país vecino: “Lo que veo de diferente, es que acá hay mucho entusiasmo en hacer algo cuando alguien lo propone. En nuestras zonas suelen aparecer dudas o cuestionamientos. Si se trabaja, pero falta más solidaridad”, agregó al analizar el trabajo juvenil.
Estas y otras experiencias fueron nutriendo un intercambio que puso su mirada en el futuro de los semiáridos de América Latina y sus poblaciones.