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Mujeres protagonistas del desarrollo ambiental

Como parte de la búsqueda por fortalecer el rol de las mujeres en sus comunidades y promover el cuidado ambiental, estamos acompañando a cuatro organizaciones a través del Programa Mujeres Productoras de Bosques Nativos, una iniciativa ejecutada con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Subsecretaría de Ambiente del Ministerio del Interior. Luego del trabajo de formulación de los proyectos, próximamente las protagonistas comenzarán con la ejecución de lo planificado.

El programa pretende mejorar las condiciones de sostenibilidad ambiental y reconocer el rol de las mujeres en la gestión de los recursos naturales, buscando reducir las brechas de género en las comunidades que habitan los bosques. Cuenta con proyectos en distintas zonas del país, y desde FUNDAPAZ acompañamos la participación de una organización de Jujuy, una de Santa Fe y dos de Santiago del Estero.

“El proyecto nos ayudó a empoderarnos y a tomar consciencia de cómo cuidar el ambiente”

En Jujuy, estamos acompañando a las mujeres del grupo guaraní Kuña Iporá de las Yungas. Verónica Chuchuy, integrante del grupo, cuenta que son 31 mujeres las que están participando en la iniciativa, muchas de ellas emprendedoras y artesanas: “Venimos haciendo talleres de diferentes tipos: sobre plantas aromáticas, sobre la producción de jabones artesanales, sobre primeros auxilios, sobre temas de género, entre otros. También hicimos una investigación sobre la cultura y la historia de nuestro pueblo aquí en el Bananal”.

Entre los distintos aprendizajes que están incorporando, Verónica resalta el aspecto ambiental del proyecto: “El hecho de que toque temas sobre el medio ambiente hace que tomemos conciencia de cómo cuidarlo y podamos tomar decisiones más responsables con nuestro planeta”. En este sentido, destaca por ejemplo el trabajo que están haciendo para recuperar un baldío y reconvertirlo en un espacio cultural: “Muchos lo usaban de basurero, y de a poco fuimos acondicionándolo para hacer un paseo cultural donde venderemos comidas, artesanías, tejidos y plantas aromáticas”.

Al ser consultada sobre el lugar que ocupan las mujeres en su comunidad, Verónica hace hincapié en todas las tareas que deben asumir, generalmente en condiciones laborales adversas: “Somos las que siempre damos el primer paso en todo, pero también somos muy explotadas en temas laborales. Aquí, al ser un lugar rural, el único trabajo que hay para nosotras es en el campo. Es por eso que ahora queremos trabajar vendiendo comidas, artesanías, etc. Este proyecto nos ayudó a empoderarnos y a ser más independientes”.

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Al cuidado del monte en Santa Fe

En el norte de Santa Fe, la iniciativa está siendo protagonizada por las mujeres de la Unión de Familias Organizadas de la Cuña Boscosa y los Bajos Submeridionales (UOCB), a quienes venimos acompañando en la formulación de sus proyectos.

El pasado 13 de agosto, en el marco del programa, compartimos un taller sobre la Ley de Bosques y los planes de manejo, realizado en el Centro Las Gamas. Además de las beneficiarias, el encuentro contó con la participación de la Directora de Bosques y Áreas Protegidas de la provincia, Luciana Manelli.

Desde una mirada psicosocial, a través de las distintas actividades realizadas, trabajamos junto a las mujeres en la reflexión y la propuesta de iniciativas relacionadas al vínculo cotidiano que tienen con el bosque y el monte. Natalia y Noemí Aquino, participantes del programa, lo sintetizan en una frase: “Sin el monte no seríamos nada, nos da todo”. Ambas viven en el Paraje El Eucaliptal, La Gallareta (Depto. Vera, al norte de la provincia), y tienen un vínculo emocional con el monte que se retrotrae a la historia familiar: “Nuestros padres siempre vivieron de eso, de trabajar en el monte. Hace muchos años eran peones golondrina, no tenían un lugar fijo donde vivir, hasta que consiguieron un lugar donde estar”. Ambas recuerdan el proceso que vivieron de niñas con ellos, miembros de la UOCB, a quienes acompañamos para que pudieran ser propietarios de la tierra donde vivían.

Hoy es en esas tierras donde las familias producen, tienen sus huertas y animales, y se desarrollan. Por eso, cuando en el último taller tuvieron que elegir una canción que representara su historia y su vínculo con el monte, Natalia y Noemi optaron por una canción interpretada por Mercedes Sosa: “Cuando tenga la tierra”.

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Dos organizaciones protagonistas en Santiago del Estero

En el caso de Santiago del Estero, desde FUNDAPAZ estamos acompañando a mujeres de dos organizaciones: la Asociación Civil de Pequeños Productores del Noroeste de Copo, en la zona del Salado Norte, y Reservas Campesinas, en el sur de la provincia.

Los trabajos comenzaron con la asesoría en la formulación de los proyectos planteados por las protagonistas. Para ello, luego de los acuerdos iniciales, se realizó un diagnóstico socio-económico y ambiental junto a las mujeres. “En esta etapa, hicimos un repaso de distintas temáticas de trabajo, como el sustento económico de las mujeres y sus familias, sus actividades cotidianas y productivas, y el vínculo y los conocimientos que tienen del monte”, explica Álvaro Ludueña, referente territorial de FUNDAPAZ en Santiago del Estero.

Tras el diagnóstico, se avanzó con el desarrollo de un plan de inversión, en conjunto con un plan de gestión ambiental y uno de seguimiento. En esta etapa, las mujeres definieron las actividades vinculadas con el monte que desean realizar. Estas incluyen, entre otros temas, la producción caprina, la mejora en el acceso al agua, la adquisición de herramientas de trabajo y la realización de capacitaciones.

Luego de la etapa general de formulación de proyectos, los próximos pasos serán la ejecución de los mismos, instancia en la cual FUNDAPAZ continuará haciendo un seguimiento del plan y capacitando a las mujeres para acompañar el buen desarrollo de lo planificado.

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jovenes uocb

Experiencias que alientan la formación integral de los jóvenes del mundo rural

Las juventudes rurales son el futuro y la esperanza de un desarrollo sostenible en los lugares que habitan. La posibilidad de tener proyectos de vida que alienten el arraigo les permite tener un mayor protagonismo social.

Durante cuatro años más de 50 jóvenes de la UOCB, una organización del norte de Santa Fe, participaron en un programa de capacitación en liderazgo y emprendimiento con el fin de potenciar sus capacidades y promover el recambio generacional en la dirigencia de las organizaciones.

Nacidos en diferentes comunidades del departamento Vera y San Javier, fueron los protagonistas de esta iniciativa que contó con el apoyo de la Fundación Interamericana (IAF), y el acompañamiento del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el ex Instituto Nacional de Agricultura Familiar Campesina e Indígena (INAFCI) y FUNDAPAZ, entre otras instituciones.

Hoy, al reflexionar sobre esa experiencia Gabriela Varela, coordinadora del proyecto, consideró que “para la organización fue importante. Se abordó el tema del liderazgo y puso en tensión las miradas para repensar la identidad de los jóvenes. En las capacitaciones no sólo se trataban temas relacionados con el acceso a la tierra, a los bienes naturales o a la agroecología; sino también el relacionamiento con los otros y la posibilidad de pensar el liderazgo de manera integral”.

Por su parte, María luz Godoy, integrante de la Comisión Directiva de la UOCB, señaló que “fue una experiencia muy buena. Se abrieron diferentes espacios de diálogo con los jóvenes y se pusieron en marcha cerca de 19 emprendimientos. Vamos a continuar trabajando en la Comisión de Jóvenes de la UOCB para proyectar cómo seguir”.

En el paraje Fortín Charrúa Miriam Escobedo desarrolla Pancheto, una propuesta de venta de pan casero, facturas y otros productos de panadería. “Para mí el proyecto fue de gran ayuda, aprendí muchísimo. Fue el sostén de mi casa en los años de pandemia. Presenté una propuesta para tener un apoyo económico para levantar tres paredes, hacer una pieza e incorporar el horno. Con lo que me dieron, más el dinero que yo venía juntando, logré hacerlo y así tener mi lugar para trabajar”, contó.

“Hoy con mi emprendimiento sigo invirtiendo mis ganancias en un nuevo desafío, que es la apicultura. Ya logré comprar 10 cajones y con la venta de miel, logré comprar otros 10 cajones más. Así que estoy más que agradecida a nuestra organización la UOCB, y a FUNDAPAZ. Sin sus gestiones no podríamos lograr nuestros sueños.”


Pastas con sabor a hogar

“Yo empecé a participar de unos encuentros que organizaba la UOCB en Las Gamas, en Vera a fines de 2021- recuerda Juan Manuel Villasboas-, y luego se dio la oportunidad de presentar un proyecto para hacer pastas caseras que se llama Altas Pastas, una propuesta que yo ya venía desarrollando en el marco de los trabajos que hacemos en la Escuela de la Familia Agrícola (EFA) donde nos exigían tener un proyecto al terminar quinto año.  Con el acompañamiento de las promotoras y de Gabriela, y con el aporte económico, pude mejorar los productos y la rentabilidad”.

Al analizar el futuro de los jóvenes que viven en los parajes rurales, destaca que una vez terminada la secundaria hay que irse a una ciudad donde haya otras propuestas educativas con posibilidades para seguir creciendo. “Si bien hoy hay propuestas a las que se puede acceder de manera virtual, en la mayoría de los parajes no hay acceso a la conectividad. Es complicado porque a las familias les cuesta mucho poder sostener económicamente el estudio de los hijos en otro lugar. Yo estoy estudiando el profesorado en Agronomía en Reconquista y extraño un montón estar en mi casa. Cuando termine de estudiar me encantaría quedarme en mi zona”, subrayó.

Facundo Aranda, lleva adelante desde el 2022 un emprendimiento en el que hace artesanías en cuero crudo. “El proyecto para los jóvenes me ayudó mucho a innovar y a tener en cuenta cuestiones de márketing para mi emprendimiento. Fue importante porque yo vivo en el paraje Fortín Charrúa y estudio en una EFA que está a 100 kilómetros y con lo que gano puedo pagar la nafta de la moto para ir a estudiar”, contó.

“Las charlas y los talleres también me hicieron pensar en mi proyecto de vida futuro y en cómo puedo hacer para mejorar día a día”, finalizó Facundo.

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