Foto El Quebracho

Avanzan las obras para garantizar el acceso al agua en Santa Victoria Este

En el marco del proyecto “Acceso al Agua para consumo y producción de las familias de los ex lotes 55 y 14 de Santa Victoria Este”, el Ministerio de Infraestructura de Salta, firmó un convenio con FUNDAPAZ que puso en marcha una plan para la construcción de 27 cisternas, 15 represas y un pozo profundo en las zonas de Campo Largo, Pozo El Tigre,  Pozo La Yegua, El Chivil y El Quebracho; en Santa Victoria Este, norte de Salta, a fin de garantizar el acceso al agua segura a las familias del lugar.

La iniciativa se enmarca en el proceso de regularización territorial en dichos lotes que tiene como actores principales a la Asociación Lhaka Honhat y a la Organización de Familias Criollas (OFC) que habitan el territorio.  En lo que respecta a las comunidades indígenas, en el caso titulado “Comunidades indígenas miembros de la Asociación Lhaka Honhat Vs Argentina”, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) dictó una sentencia en la que reconoció el derecho a la propiedad ancestral y la entrega de un título único a las comunidades indígenas de 400.000 hectáreas, señalando que tienen derecho a conservar su identidad, tener acceso a la alimentación y al agua en un ambiente sano.

Por su parte, a las familias criollas de la OFC les corresponden 243.000 hectáreas de dichos lotes. Muchas de ellas hoy se encuentran en un proceso regularización y de relocalización, ya que vivían en el mismo territorio de las comunidades indígenas, y se tienen que mudar a  otras zonas para cumplir con los acuerdos alcanzados entre las partes. Otras, acordaron con las comunidades seguir viviendo en el mismo sitio, dentro del territorio indígena, lo que se conoce como “lunar criollo”.

Las obras de infraestructura que se están desarrollando en la zona, en el marco de un plan criollo para acceder al agua, que a la vez va dando cumplimiento a la sentencia de la Corte IDH son:

Pozo El Tigre: Comprende los parajes El Tigre, El Oso, El Atacal, Pozo El Milagro y San Miguel. Se están construyendo 9 módulos (cisternas y estructuras) para cosechar agua de lluvia.  El grupo de familias criollas que integran la Vecinal Pozo de Tigre se tienen que reubicar y en sus parcelas no tienen ninguna fuente de agua para consumo.

Pozo de la Yegua: Incluye los parajes El Potrero, El Sauce, Zainito, y Los Amichos. Las familias criollas de esta zona se encuentran dentro del lunar criollo Las Vertientes-Campo Largo y pertenecen a la Organización 20 de Septiembre, miembro de la OFC. Ellas son beneficiarias de 9 módulos de cosecha de agua de lluvia para consumo humano. En su mayoría se trata de mujeres de avanzada edad, con niños en edad escolar a cargo. Las mujeres suelen realizar un recorrido de 5 o 6 kilómetros para acceder a la fuente de agua más cercana.

Campo Largo: Abarca los parajes Campo Largo, Tres Marías, y El Talar. Aquí  los  pobladores también están en el  lunar criollo Las Vertientes-Campo Largo. Allí se están construyendo 9 módulos de cosecha de agua de lluvia para consumo humano. Si bien en la zona hay un pozo profundo comunitario, los análisis de calidad de agua arrojaron que no es apta para consumo.

El Quebracho: Los pobladores del lunar criollo El Quebracho pertenecen a una vecinal de la Organización de Familia Criollas (OFC) y son beneficiarios de un pozo profundo para uso productivos agrícola-ganadero, que les permitirá satisfacer los requerimientos de consumo de agua del ganado mayor y menor de todas las familias. Además se podrá implementar el riego por goteo en la huerta orgánica del grupo de mujeres del lunar.

Paraje El Chivil: Aquí se construyeron  15 represas de aproximadamente 300 m3cada una para las familias relocalizadas alrededor del paraje. Las familias integran la Asociación Vecinos Unidos y tienen que empezar de cero en sus nuevos lugares. Estas represas que benefician a más de 30 familias, es la primera obra que se realiza para tener agua para producción.

“Nosotros no sólo estamos pasando por una reorganización territorial, sino también se nos plantea cambiar la manera de pensar sobre cómo producimos y vivimos. Estamos acostumbrados  a producir de manera tradicional y poco seria, dependiendo totalmente del monte, con algunos animales criados a campo abierto y nada más. Sobrevivimos en el medio ambiente. Ahora pasamos a un sistema de crianza bajo alambre, donde vamos a depender de las estaciones, del clima, vamos a tener que sembrar pasturas. Tenemos que cambiar nuestra forma de pensar y producir de verdad. Seguramente tendremos que diversificar la producción, como por ejemplo hacer apicultura y tener ganado menor entre otras cosas”, explicó Iván Palomo, presidente de la organización Vecinos Unidos.

“En el lugar nuevo –agregó- falta hacer cantidades de obras, pero lo principal es tener agua. Nosotros hicimos un plan criollo para abordar el tema del agua. Pensamos en hacer represas porque así es como se tiene el agua y lo que funciona en la zona desde hace más de 100 años, después tener cisternas para cosechar agua de lluvia en cada parcela y además hacer pozos comunitarios. Para empezar a pensar una historia nueva en este lugar nuevo, el agua es indispensable. Ahora ya tenemos las 15 represas terminadas, pero tenemos que seguir trabajando. Acá hace falta concientización y educación. Somos pocos los que vemos el futuro”, destacó.

El Quebracho cisternas 2

Obras que dan forma a un modelo de desarrollo criollo en Santa Victoria Este

Once familias del grupo vecinal El Quebracho que viven en un lunar criollo, se organizaron para dar respuesta a sus principales necesidades en la zona.

El entusiasmo de haber alcanzado algunos logros que permiten vivir mejor, sigue acompañando en estos días a las familias del grupo vecinal El Quebracho, miembro de la Organización de Familias Criollas (OFC) de Santa Victoria Este, en Salta. Sucede que luego de más de 20 años de llevar adelante diferentes acciones para poder desarrollarse en el territorio donde viven, hoy conocido como un “lunar criollo Quebracho ”, acaban de presentar un plan integral de manejo de recursos naturales que incluye: la construcción de seis cisternas de 16.000 litros para captar agua segura para consumo, una de las principales necesidades de la zona; la implementación de sistemas silvopastoriles, el desarrollo de un programa ganadero y apícola, y una huerta agroecológica que está a cargo del grupo de mujeres.

Estas obras tienen un significado especial porque se enmarcan en un proceso de regularización dominial de la tierra que se viene desarrollando en los ex lotes fiscales 55 y 14 entre familias criollas y comunidades indígenas, por el cual las comunidades indígenas accedieron a 400.000 has y las familias criollas a 243.000 has. Desde el año 2000 FUNDAPAZ acompaña a la OFC en este proceso con el Proyecto Pilcomayo, que cuenta con la cooperación internacional de Misereor y de Pan Para el Mundo, y  en el que también participan Lhaka Honhat con el acompañamiento de  Asociana.

Luego de  muchos años de diálogo y acuerdos entre las familias criollas y las comunidades indígenas, que logró definir la distribución territorial de cada población, en este grupo Quebracho 11 familias lograron la titularidad de la tierra donde viven en pleno acuerdo con las comunidades indígenas vecinas: un lunar criollo de unas 1.750 ha.

“Hoy son 11 las familias que lograron el arraigo en esta zona, y gracias al trabajo comunitario  tenemos ganado mayor y menor, 15 hectáreas de manejo de potrero silvopastoril y obras de acceso al agua. Si bien todavía no logramos cubrir toda la necesidad de agua para producción porque tenemos que llevar los animales hasta el río que nos queda a 15 kilómetros, avanzamos mucho”, cuenta Daniel Daniel Herrera, presidente de la organización Raíces del Chaco del Quebracho.

Noelia Arias, una de las diez mujeres que trabaja en la huerta comunitaria, agrega: “La huerta es un gran beneficio para cada familia porque nos permitió hacer un cambio en la alimentación. Ahora podemos tener lechuga, acelga, zanahoria, cosas que nos aportan muchos nutrientes, y no tenemos que ir hasta el pueblo a comprar. Eso muchas veces es difícil por el mal estado de los caminos. Por eso todas trabajamos con entusiasmo en esto”.

Así, mientras se llevaban adelante los acuerdos por la tierra se trabajó en este plan de acceso y manejo de recursos naturales en el que participaron instituciones, organismos provinciales y nacionales reunidos en la Mesa de Acceso al Agua del Chaco Salteño,  el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena, el  Proyecto de Desarrollo de Pequeños Productores Agropecuarios (Proinder), el Programa Bosques Nativos y Comunidad, del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, entre otros actores.

Si bien aún queda mucho por hacer, ya que el Estado debe garantizar un presupuesto para los trabajos de infraestructura pendientes en la zona para terminar con el proceso de regularización dominial de la tierra, que incluya a todo el territorio y en el marco de acuerdos; la manera en que esta vecinal de la OFC resolvió los principales problemas de las familias, es un modelo que puede ser un ejemplo para otras vecinales de esta organización y también para otras organizaciones criollas que hoy conviven en este territorio.

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