Raíces Chaqueñas2

El cuidado del medio ambiente y los jóvenes

Con la mirada puesta en la naturaleza, continuamos con el desarrollo del programa de formación integral dirigido a las juventudes de Argentina y Bolivia.

La crisis climática y su impacto en los entornos naturales y la vida de las personas se manifiestan en diferentes regiones de la Argentina y del mundo, reclamando un mayor compromiso con el cuidado de la naturaleza.

 

¿Cómo viven los jóvenes rurales de la Argentina y Bolivia esta problemática? ¿Cómo pueden abordar los nuevos desafíos que se presentan en las zonas donde viven? ¿Cuáles son los derechos de la naturaleza? Estos y otros interrogantes que orientan la mirada hacia el territorio que habitan, inspiran los encuentros y capacitaciones que se están desarrollando en el módulo Medio Ambiente del  Programa de Formación Integral Raíces Chaqueñas (PRCH) dirigido a jóvenes de la Argentina y Bolivia, que FUNDAPAZ lleva adelante junto con la Junta Unida de Misiones (JUM) y el Centro de Estudios Regionales para el Desarrollo de Tarija (CERDET), con el apoyo de Church World Service  (CWS).

 

A fines de abril se hizo en un formato virtual uno de los talleres del módulo 3. En un primer momento Ana Álvarez, de la Red Agroforestal Chaco Argentina (REDAF) brindó información sobre diferentes datos referidos al cambio climático, para luego convocar a los jóvenes a que comentaran sus experiencias sobre los lugares donde habitan.

 

Gabriel Apaza de Bolivia, contó que en Villamontes la situación es drástica: “La sequía es intensa. No llueve, no hay agua y los animales silvestres y domésticos sufren o se mueren. Como seres humanos no vemos que la naturaleza y los árboles nos dan vida”, reflexionó  durante la rueda de opiniones  que abrió el intercambio de miradas.

“Este verano en el departamento Rivadavia, en Salta, la temperatura a la sombra era de 47 o 48 grados, cuando antes rondaba los 43”, agregó Ramón Torres al dar un ejemplo de lo que está sucediendo en otra zona del Gran Chaco.

 

Por su parte, Franci Ordoñez desde Yacuiba, Bolivia, comentó que en su zona en el verano el calor llegó a los 48° y que hubo una gran sequía. No dudó en afirmar que “los seres humanos estamos destruyendo el planeta. El futuro depende de lo que hagamos los jóvenes”.

 

Al referirse a la cosmovisión indígena sobre el tema, Pablo Chianetta de REDAF, explicó que las comunidades indígenas como las wichi o mivacle se relacionan de manera integral con el ambiente, porque encuentran recursos naturales, salud y celebración. “Los pueblos indígenas piensan todo esto en forma conjunta”, destacó.

 

“El monte se mantiene si hay gente que lo mantiene”, agregó Santiago Cotroneo también de REDAF, tras explicar la importancia de la implementación de la Ley de Bosques, a la vez que invitó a los jóvenes que se preguntaran  sobre las condiciones necesarias  para poder seguir viviendo en el monte.

Estos y otros temas fueron puestos en debate en este tramo del PRCH para comenzar a reflexionar cómo las juventudes pueden desarrollarse en sus territorios con prácticas que atiendan los cuidados de la naturaleza.

rueda jóvenes Orán

La esperanza que anida en las juventudes rurales

Fortalecer  las capacidades y las habilidades de las poblaciones rurales jóvenes resulta esencial si se busca promover un desarrollo rural  territorial. Con este enfoque se comenzó a desarrollar en 2019 con el apoyo de Church World Service  (CWS) el Programa de Formación Integral Raíces Chaqueñas (PRCH) dirigido a jóvenes de la Argentina y Bolivia.

Una iniciativa que nació del Programa Integrado Transfronterizo (PIT), que FUNDAPAZ viene trabajando con la Junta Unida de Misiones (JUM) y el Centro de Estudios Regionales para el Desarrollo de Tarija (CERDET). Uno de sus objetivos, entre otros, busca fortalecer los liderazgos juveniles en las organizaciones comunitarias, atendiendo a la formación integral de la persona, a fin de promover la gestión juvenil territorial. Permitiendo llevar adelante estrategias que mejoren las condiciones de vida de las familias del Gran Chaco.

Mediante una dinámica participativa, en la que se puso en práctica el diálogo y el intercambio de saberes, se realizaron este año siete talleres virtuales. Los principales temas fueron: conocimiento cultural y ancestral, derechos humanos y juventudes, políticas públicas para las juventudes, derechos sexuales y reproductivos, proyectos de vida y desarrollo territorial; y nuevas formas de ser y estar en el mundo. Con el transcurrir de los meses, los vínculos, las reflexiones y las miradas se fueron fortaleciendo en cada encuentro.

Nicolás Palma, vive en la localidad de Bananal del departamento Ledesma, en Jujuy, e integra la organización Movida Show junto a otros 80 jóvenes. En su organización desarrollan diferentes talleres de formación, pero uno de los más importantes es el de danza y expresión corporal.  “Con mis compañeros participamos de los talleres. Nos gustó mucho el de los derechos humanos- comenta al referirse al PRCH-  porque nos brindó muchos conocimientos y herramientas sobre el tema. Estamos muy agradecidos por haber podido participar de los encuentros virtuales”.

Desde Santiago del Estero, Cecilia Cortés, miembro de la Asociación Civil de Pequeños Productores Agrícolas – Caprinos, “La Nobleza”, destaca la importancia del Programa: “Creo que es un gran aliado para los jóvenes porque nos brinda un espacio para participar y compartir los saberes que traemos desde nuestras organizaciones, y porque nos invita a crecer en liderazgo para poder hacer una transformación ocupando el rol que nos toca. Nos da herramientas y vamos creando un espacio para compartir experiencias con otros jóvenes de diferentes lugares.”

Al referirse al alcance de esta propuesta, Horacio Moschén, miembro de FUNDAPAZ comentó: “Para nosotros fue un desafío repensar este programa para la virtualidad. Nos llevó a involucrarnos en la pedagogía virtual y a contratar consultores que nos ayudaran a pensar los contenidos de otro modo, para poder aplicarlos con una población que sabíamos que iba a tener dificultades para acceder a la conectividad”.

“Estamos muy satisfechos con los resultados -agregó- porque pudimos realizar siete talleres y encuentros de refuerzo de algunos contenidos. Contamos con un equipo de profesionales con mucha predisposición y de un profesionalismo notable que destacó el potencial que tiene la juventud. Por otro lado, con las instituciones de la Argentina y Bolivia, con la que llevamos adelante esta iniciativa, pudimos organizarnos, capacitarnos y fortalecer lazos históricos que nos dejan una trayectoria a encarar el próximo año”. El cierre de esta etapa de Raíces Chaqueñas se realizó de manera presencial en Orán, Salta. Allí el encuentro cercano les permitió a los jóvenes reconocerse, mirar el camino recorrido y seguir pensando en los proyectos de vida que cada uno está construyendo.