Mujeres que defienden el ambiente cambiando rutinas del hogar
Trabajan en un proyecto que promueve el uso de artículos basados en energías renovables
Un grupo de mujeres que viven en diferentes parajes de la Cuña Boscosa Santafecina y Los Bajos Submeridionales, al norte de la provincia de Santa Fe, y que forman parte de la organización UOCB, vienen poniendo en práctica experiencias que facilitan la llegada a los hogares de cocinas ecológicas y calefones solares, artefactos que utilizan energías y recursos renovables amigables con el medio ambiente.
Desde hace más de un año participan del proyecto Nuevas Energías para las mujeres de la Cuña Boscosa, iniciativa que acompañamos desde FUNDAPAZ y que cuenta con el apoyo del Programa Pequeña Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial.
En sintonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), esta iniciativa busca mejorar la calidad de vida de las mujeres, las condiciones del hábitat en los hogares, disminuir la explotación de los bosques, y fortalecer la reflexión sobre el rol de la mujer en el desarrollo local y en las organizaciones.
Así, en 2019 se capacitaron en el armado y uso de cocinas y hornos ecológicos, que complementaron con talleres sobre alimentación saludable. Este año, el desafío creció y llegó el momento de aprender a armar calefones solares. «Organizamos varios talleres destinados a 20 familias, que se hicieron en diferentes parajes como Espín, Toba, Fortín Olmos y Caraguatay. En cada encuentro compartimos la actividad entre hombres y mujeres, que se capacitaron tanto en el armado de los calefones como en la instalación.
Este proyecto posibilitó que las mujeres se apropien de diferentes conocimientos para poder aplicarlos a su realidad. Por ejemplo, en este caso adaptar la instalación del calefón a cada domicilio, ya que se dan diferentes situaciones familiares. En algunos casos se puede instalar en el techo; en otros, la familia tienen que construir una estructura al lado de la casa; y en otros casos las familias no tienen agua de red. «Frente a esto entre todos analizamos las problemáticas y aportamos ideas», explica Analía Vicentín, secretaria de la UOCB y coordinadora de este proyecto.
A Mónica Luna, del paraje Toba, haber tenido esta experiencia la llena de orgullo. «Fue muy lindo trabajar con mujeres y participar en el armado de calefones. Para nosotras es algo nuevo, nos sentimos orgullosas de haberlo podido hacer, y a la vez esto nos fortalece para seguir trabajando juntas. En casa el uso del calefón solar nos alcanza para bañarnos tres o cuatro personas y queda el agua tibiecita para el otro día. Funciona muy bien», dice entusiasmada.
«Tener un calefón solar en la casa es una gran ventaja sobre todo para la economía familiar, lo comprobamos con la última boleta de la luz. Antes dependíamos del calefón eléctrico, ahora se ahorra energía y a la vez el agua caliente alcanza para la higiene de la familia», agrega Silvia Alegre del paraje Espín.