Intercambio mujer animales grupo

Se realizó en Brasil y participaron representantes de organizaciones de Bolivia, Paraguay y la Argentina.

El entusiasmo por compartir conocimientos y sueños, que anidan en el semiárido brasileño, fue el corazón que impulsó esta experiencia que coordinó el Centro de Estudios del Trabajo y de Asesoría al Trabajador y a la Trabajadora (CETRA), y que se desarrolló entre el 25 de noviembre y el 3 de diciembre en Sobral, estado de Ceará.

Hasta allí llegaron agricultores, agricultoras,  técnicos / as provenientes de Bolivia, Paraguay y Argentina, que forman parte de la Plataforma Semiáridos, para conocer diferentes experiencias locales.

La iniciativa forma parte de una de las actividades del proyecto Saberes del Semiárido, que lleva adelante CETRA, junto con el Programa Adaptando Conocimiento para la Agricultura Sostenible y el Acceso a Mercados (AKSAAM) con el financiamiento del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), y que tiene entre sus objetivos fortalecer la Cooperación Sur-Sur.

Durante el intercambio las familias agricultoras de las comunidades de Boqueirão y Santa Lucía compartieron con los visitantes el proceso de construcción de tres tecnologías sociales: el biodigestor, el reuso de aguas grises y la cocina ecológica. Además de los intercambios de experiencias, el grupo también participó en el Seminario Internacional Semiáridos de América Latina: Intercambiando Saberes y Sueños, que se realizó al final de las visitas. Allí, se puso en palabras el valor de esta iniciativa. Para Flaviana, de Sobral, coordinadora de la Red de Ferias Agroecólogicas y solidarias, fue muy importante poder compartir los beneficios de un horno ecológico:  “Cambió mi vida y la de mis compañeras. Hacemos comidas más ricas, más sanas y consumimos menos leña. Estoy feliz de haber recibido a mis compañeros en mi quintal y espero que ellos puedan construir y utilizar esta tecnología”.

Uno de los visitantes, Juan, miembro de la Fundación Hugo, agradeció y destacó la alegría de haber participado en esta experiencia. “La realidad socioeconómica de aquí es muy parecida a la del Chaco paraguayo, pero lo que más me llamó la atención fue el arraigo y el empoderamiento de las familias y el acompañamiento del gobierno local. Creo -agregó- que por medio de estas iniciativas, es posible pensar en una América Latina más justa y equitativa, donde las organizaciones puedan llevar a sus territorios conocimientos nuevos”.

Por su parte, Mariela, miembro de una comunidad guaraní de Bolivia, remarcó la alegría de haber compartido momentos con hermanos tremenbé que tienen las mismas vivencias. “Me gustaron las tecnologías que utilizan aquí porque cuidan el medio ambiente y nosotros como pueblos indígenas valoramos el cuidado de nuestro territorio y de la naturaleza”, señaló.

María Luz, de la Argentina valoró la participación de las mujeres y los jóvenes en este intercambio, a la vez que manifestó lo impactada que quedó al conocer diferentes prácticas agroecológicas y lo importante que son para la salud y el medio ambiente.

“El intercambio fue muy bueno para nosotros. Lo que más me gustó fue la capacitación en la construcción de nuevas tecnologías sociales que pueden funcionar muy bien en el Chaco argentino, como el biodigestor, sistemas para el reuso de aguas grises, y la cocina, todo ligado a un proceso agroecológico que garantiza la soberanía alimentaria”, precisó César Ardiles, técnico de FUNDAPAZ.

Estas y otras vivencias y palabras que se echaron a andar contienen sueños de igualdad, prosperidad y futuro para las regiones semiáridas de América Latina.

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