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Alianzas para las zonas semiáridas que se afianzan

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Foto: Brice Reis

Una de las acciones que realizamos a nivel regional junto con otras instituciones es integrar la Plataforma Semiáridos de América Latina. Una iniciativa que busca atender problemáticas que tienen las comunidades indígenas y organizaciones campesinas de zonas semiáridas vinculadas al acceso y gestión de la tierra, el agua y otros recursos naturales.

Intercambiamos conocimientos, buenas prácticas y alianzas para que los pueblos de las zonas secas mejoren su calidad de vida.

Del 18 al 22 de noviembre, representantes de Argentina, Bolivia, Honduras, El Salvador, Guatemala, México y Burkina Faso, miembros de la Plataforma Semiáridos AL, estuvieron presentes en el Encuentro Nacional de la Articulación Semiárido Brasilero (X EnconASA) en Piranhas, Brasil. Miembros de la Mesa de Gobernanza, visitaron experiencias, participaron en reuniones plenarias sobre juventudes, mujeres, y en el panel especial “Los Semiáridos de la Tierra”.

En este espacio se reafirmó el compromiso de cooperación sur-sur entre regiones semiáridas de América Latina y África que lleva adelante ASA junto a socios regionales y globales en respuesta a los desafíos impuestos por la emergencia climática, y con el objetivo de erradicar la pobreza y el hambre.

El plenario estuvo organizado por ASA conjuntamente con la Plataforma Semiáridos. Contó con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y la Prefectura Municipal de Piranhas.

Fueron días de aprendizajes, intercambios y celebración.

grupo mujeres

El Programa Productoras de Bosques Nativos comienza a dar sus primeros pasos

Mujeres de cuatro organizaciones del norte del país vinculadas al ENCONA van a ser protagonistas, junto a otras mujeres, del Programa Productoras de Bosques Nativos que se está implementando en varias provincias.

FUNDAPAZ realizará el asesoramiento técnico para que los grupos de mujeres vayan formulando colectivamente el proyecto de trabajo que quieren desarrollar. Así, las mujeres de la Asociación Civil de Pequeños Productores Caprinos del Noroeste de Copo (ACPProNOC), y de Reservas Campesinas de Ojo de Agua, en Santiago del Estero; del grupo guaraní Kuña Iporá de las Yungas, en Jujuy; y de la Asociación Civil UOCB en la Cuña Boscosa Santafesina, están comenzando a participar en los primeros talleres compartiendo vivencias y necesidades para armar la trama de este programa.

Se trata de una iniciativa que se financia a través del componente Proyecto Pago por Resultados REDD+ Argentina para el período 2014-2016, que fue otorgado al país por el Fondo Verde del Clima y que se ejecuta junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la actual Subsecretaría de Ambiente del Ministerio del Interior. Dispone financiamiento para 40 proyectos a lo largo de todo el país y apoya a los grupos para que formulen su idea proyecto con el acompañamiento técnico.

“Este programa es el resultado de la experiencia adquirida por la Dirección de Bosques de la Nación a partir de trabajos previos de acompañamiento a comunidades forestales del norte argentino. Con ese trabajo se detectó la necesidad de elaborar en una línea específica que contribuyera a la reducción de las brechas de género en las comunidades rurales que habitan los bosques nativos, con el objetivo también de mejorar las condiciones de sostenibilidad ambiental reconociendo el rol de las mujeres en la vida cotidiana y en la gestión de los recursos naturales”, explicó María Magdalena Abt Giubergia, responsable del Programa.

“Esperamos lograr una mayor comprensión de cómo se dan estas relaciones de género al interior de cada región forestal del país -agregó- y poder incorporar la perspectiva de las mujeres en torno a la gestión de los bosques, contando con un bagaje metodológico y práctico para cada territorio y cada cultura forestal. Entendemos que no podemos hablar de una perspectiva de género, sino que existen tantas perspectivas de género como ambientes y culturas asociadas a los ambientes forestales hay en el país. Esperamos que el proyecto nos deje en cada experiencia que se va a llevar adelante, conocimiento de las realidades para poder proponer diseños de políticas públicas sobre los bosques, que contribuyan con los compromisos de igualdad de género que están asumidos en las estrategias de acción sobre el cambio climático que lleva adelante el país.”

Mujeres Jujuy

Antes de las primeras reuniones, algunas de las mujeres de las organizaciones que participan van expresando lo que sienten: “Estamos muy contentas que este programa esté dando sus primeros pasos, teníamos mucha incertidumbre sobre si iba a comenzar. Nuestra idea del proyecto está centrada en la producción que sabemos hacer toda la vida, la producción caprina. Nos estuvimos reuniendo para charlar e intercambiar ideas, pero como el territorio que abarca nuestra organización es bastante amplio y una mujer está muy distante una de la otra, nos fue complicado reunirnos presencialmente y de manera virtual es casi imposible porque no tenemos conectividad. A pesar de eso, nos fuimos fortaleciendo porque hicimos visitas rotativas entre las compañeras, para ver cómo iba la producción porcina y caprina de cada una, o las granjas. Ahora necesitamos plasmar las debilidades que tenemos para hacer crecer nuestros proyectos. Si bien últimamente las condiciones climáticas no nos están ayudando porque cuando llueve en el monte profundo los caminos son intransitables y cuesta mucho llegar a los lugares de reunión, estamos con muchas expectativas ante nuestro primer taller”, contó Alicia López, de ACPProNOC.

En Santa Fe, en la zona de la Cuña Boscosa, un grupo de 28 mujeres pensaron la idea convocante del su proyecto al que llamaron “Las mujeres recreando nuestra casa común”. Las principales iniciativas que les gustaría comenzar a trabajar están relacionadas con un mejor aprovechamiento de los recursos del bosque nativo, con agregar valor a la producción de carne, y fortalecer el liderazgo, la comunicación y el acceso a la conectividad de las mujeres, entre otras cuestiones.

Ángela Isabel Escobedo, del paraje Fortín Charrúa, comentaba: “soy una pequeña productora y lo que espero de este proyecto es poder cosechar y almacenar más agua de lluvia para poder mejorar nuestra huerta y la producción de carne. También queremos motivar a que se sumen más mujeres a nuestra organización”.

Así, las mujeres que viven en los montes y bosques comienzan a recorrer un camino en el que se animan a diseñar un nuevo horizonte para sus vidas.

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