Héctor y José Giménez son dos jóvenes de la comunidad Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) El Bananal de Yuto, Jujuy. Trabajan una hectárea de tierra donde producen palta y mangos. Desde hace más de tres años, con el asesoramiento técnico de FUNDAPAZ, lograron mejorar varias cuestiones productivas de su emprendimiento como el cerramiento perimetral del predio, la instalación de un sistema de riego por goteo, y la diversificación de la producción.
Poco a poco comenzaron a encarar nuevos desafíos y empezaron a producir plantines injertados de dos semillas de tomates, destinados no sólo para la huerta de la comunidad sino también para la venta. Las mujeres se fueron sumando al trabajo, y hoy la calidad de sus productos hizo que aumentaran los pedidos, dando lugar a una fuente más de ingreso para las familias.
En el proceso de trabajo, los gestos solidarios también tienen un lugar en la comunidad. Uno de ellos, los vinculó con la escuela de la zona. “Nosotros donamos unas bandejas con plantitas de tomates y otras verduras para la huerta de la Escuela N° 142 de El Bananal; cuando los chicos las vieron comenzaron a preguntarse cómo se hacía eso, entonces los maestros nos consultaron si los alumnos podían visitar el invernadero. Nosotros no tuvimos problema, y ahí vinieron los chicos y chicas de 5° y 7° grado de la escuela. Dimos una charla explicándoles cómo se hacían los injertos y cómo se obtenían las plantitas. También les mostramos el invernadero”, cuenta José.
Al dar detalles de la producción explica: “Los primeros años arrancamos con 5000 plantines de tomates injertados para comercializar, hoy en día con la incorporación de un nuevo invernadero, realizamos 30.000 injertos por tanda. Hasta el momento hicimos tres tandas, unos 90.000 plantines de injerto de tomate. La demanda es muy grande, tenemos pedidos de productores de Colonia y Pichanal en Salta, y de Fraile Pintado, acá en Jujuy; pero no logramos cubrirla totalmente por falta de espacio físico. No tenemos lugar para hacer más invernaderos. Si tuviéramos más espacio podríamos aumentar el trabajo, especialmente para las mujeres que trabajan acá.”
En la hectárea de tierra que manejan producen un 60% de paltas y un 40% de mango. “Tenemos diferentes variedades de paltas para alargar el ciclo de producción. La planta de palta rinde 40 kilos por planta más o menos, y el mango 50 kilos por planta. Los primeros años vendíamos toda la producción, que era poca, a la orilla de la Ruta Nacional N° 34. En estos momentos tenemos una producción grande, y logramos vender el 90% en Buenos Aires”, describe satisfecho.