Como parte de una de las acciones del Programa de Pasantías de Saberes por los Semiáridos de América Latina que llevan adelante las organizaciones que integran la Plataforma Semiáridos, se puso en marcha un acuerdo de cooperación técnica entre el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), SEMEAR Internacional y FUNDAPAZ que permitirá a un grupo de jóvenes rurales de Argentina, Bolivia y Paraguay tener o mejorar la conectividad en las zonas donde viven.
Algunos de ellos integran el comité internacional que está estructurando dicho programa mediante un proceso de construcción colectiva de conocimiento de forma virtual. Este proceso culminará en el diseño final del programa de pasantías, que se pondrá en marcha en diferentes zonas de la región, una vez superado el contexto de aislamiento social provocado por la pandemia del coronavirus.
Noelia Quispe, de la comunidad wichí Lote 75 de Embarcación, ubicada en el norte de Salta, hace unos días recibió un celular nuevo y cuenta: «Yo tenía un teléfono con el que no se podía llegar a Internet. Acá en la zona es muy difícil poder conectarse pero esto ayuda. Estoy en un grupo donde estamos con otros jóvenes charlando el tema de las pasantías para hacer un intercambio y cuando tenemos reuniones cargo datos, y voy buscando donde me puedo conectar. Es muy lindo lo que estamos haciendo. A mí me interesa todo lo que sea conocer otras culturas y otras experiencias», dice Noelia entusiasmada y explica que en esta época del año mucho de los jóvenes de su comunidad están trabajando en las fincas en las cosechas de tomates, y por eso no pueden estar en las reuniones.
El intercambio
El Programa de Pasantías de Saberes por los Semiáridos de América Latina propone que jóvenes que serán seleccionados en los países del Chaco Trinacional, el Corredor Seco Centroamericano y el Semiárido brasileño puedan ser acogidos en otro país para experimentar e intercambiar experiencias, actividades y proyectos exitosos en temas de su interés y en realidades similares a las suyas, para luego replicar lo aprendido en su propio país, territorio y comunidad.
La iniciativa contempla las demandas de los jóvenes surgidas durante los intercambios de experiencias anteriores, que resaltan la importancia de la profundización del aprendizaje entre pares de otros países, en condiciones que permitan asimilar las tecnologías utilizadas en diferentes semiáridos, los trabajos realizados en el medio rural y la riqueza cultural.
En general, los jóvenes rurales de América Latina y el Caribe comparten un contexto social con profundas desigualdades y falta de oportunidades que muchas veces los expulsan de sus territorios hacia las grandes ciudades provocando un impacto negativo en sus lugares de origen. Por eso, reconociendo el valor de las juventudes como actores que pueden potenciar el desarrollo, otras instituciones como el Servicio Mundial de Iglesias (CWS) y la Fundación Avina, se fueron sumando para apoyar esta iniciativa.
Así, en un esfuerzo articulado entre todas las instituciones que impulsan el Programa se promueven estrategias innovadoras que invite a las y los jóvenes rurales de la región a asumir nuevas oportunidades.